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Los seres inanimados y las estaciones de la piel. Demandar más atención. No mover un dedo. Una mirada que se pierde demasiado tiempo en el cuello de una mujer. Cuello que se siente mirado aunque nunca lo pueda asegurar. Brillo hermoso de dos ojos mirando a otros mirar. Una frase de Barthes que castiga a una neurona: Me interesaría sólo ver mis ojos cuando te miran. Delicado romanticismo barato en un bar oscuro en donde hay poco aire. Callar, irse del lugar.

Cuando caminan en silencio ella escucha melodías que la ponen melancólica. Los minutos se vuelven troncos, que no están rotos, y hay que llevar a cuestas. Se pregunta si él las escucha también, pero hay preguntas estúpidas, así como hay momentos para callar, y otros en los que es absurdo hacerlo. Lo mira, se aleja, lo deja. Proyectando su discurso, sin ella.

Las noches se terminan, una a una, con días intermitentes, cada vez más largos. Claridades que encandilan. El calor opaca los brillos que se pronuncian con la luz del sol, otro doble discurso y algo anda mal. Una vaga idea de mandarlo todo a la mierda.

Esperanzas cortadas ya, como su leche, como la tela. Más silencio, de tanto, la ciudad ocurre en secuencias audiovisuales. Ocurre sin que ocurra nada en realidad. Los críticos de cine saben más de amor ficticio que de películas y directores. Saben de tú contigo, yo con ella, se te queman los bombillos, yo hago tiras con su tela y saben más que tú eres tú y que yo soy yo.

Saben caminar cargando el peso de los minutos. Da lo mismo caminando o en el carro. Da lo mismo ver las luces rebotarle en los anteojos, la velocidad o si la música es bonita o no; y no importa si las palabras salen de las bocas o se quedan allí dentro. Para.

Falta más.


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Extracto "24fps"

Caracas, 2005


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The play carries on with insanely joyous regard, timeless gesture to timeless gesture, radiant in its wild release, ecstatic in its perfect abandon, endless fullness beyond endless fullness, this miraculously self-liberating Dance, and there is no one anywhere to watch it, or even sing its praises...



Ken Wilber
A BRIEF HISTORY of. EVERYTHING


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