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Eloisa
2007


.::. cuando dos personas se besan
es porque sienten un poquito de amor
dime la letra, dime el color
A de amarillo, M de morado, O de oro, R de rosado
eso significa
amor apasionado…

Juego de manos, recreo.







Eloisa, no pases todo el día en la cama. ¿De dónde sacaste esa idea tan clara pero tan equivocada del amor? Piensa. Piensa. Piensa. Quieres despejar la incógnita. El amor como concepto, ¿lo entiendes? no te gana por eso. Amor bruto, pasivo, sin hinchazones ¿Quién gana entonces? Descomponer las complejidades del amor en un intento por dar con su unidad mínima. Claro, el quark del amor. Haces memoria, te auto-consultas, subrayas dicciones acordes. Es plantear una hipótesis para neutralizarlo. Es quitarle el control y punto. Lo desvirtúas hasta lo más bajo del absurdo, al amor. Desenmascararlo en cuatro cachetadas… así…


-¡Eso es! humíllalo hasta que pierda todo el sentido…
-Deja que se vaya, entre tus manos, como el agua que dejó su cara bien lavada y se escapó por el hueco del lavamanos…
-Con vergüenza, sucia, desahuciada…
-No te vayas tan lejos… no es para tanto…
-¡Piérdelo! sin miedo… perder o dejar que se pierda…
-Diluye las conversaciones
-¿Cómo?
-Materializa el desconcierto
-¿Cómo?
-Deforma los recuerdos
-¿Cuál es el problema?
-El amor
-Qué potencia
-Cállense ya…
-Never underestimate the power of denial…
-Estoy de acuerdo…
-…


Un afilado sentido de auto preservación trasciende el dolor y revela una poderosa intención de ganar, porqué no, con un limpio escape: callar. Eloisa baila en su cuarto. Un instinto por flexionar el cuerpo frente al espejo, contraer los párpados, cerrar la boca y apretar los puños. Mirarse fijamente. La mirada parece de otra. Sólo ella -con su habla subconsciente- puede visualizar el laberinto que se propone recorrer. El dolor duele. No hay esquinas absolutas y en la puerta, colgado de un clavo, hay un corcho con fotografías. Una pizarra acrílica deja leer la palabra favorita de la semana: beta caroteno. En la mesa de noche hay un libro de Interacción Eléctrica (para consultar).
Le Tigre / Eau d’ Bedroom Dancing suena a volumen perfecto.


Paredes blancas y una cama que protagoniza demasiado, hay que esquivarla siempre, no importa a donde se vaya. Elementos fotogénicos: falda roja, pelo negro, David Bowie, fotos enmarcadas colgando de tiras fosforescentes. Piso, escritorio y caja para guardar lápices: de madera; computadora blanca, de vinilo. Luz. Un cuarto de tres para una. El reloj es pequeño, como siempre, es decir, al tiempo su tamaño; que no se crea más de lo que es.

-Meta, meta, meta… (labios)
the only words I know are more, more and more… Eau d’ bedroom dancing… to you I wanna say you’re my thing…


Eloisa baila frente al espejo. Hace tiempo que no sonríe. Sonríe frente al espejo. Dientes. Tinta azul sobre papel blanco: DESACTIVAR EL AMOR. El primer capítulo del libro de Interacción Eléctrica trata sobre la resolución metódica de los problemas. Dice que los pasos a seguir son:



1) Descripción del problema: Leerlo cuidadosamente. El dolor. Eloisa siente que de pronto el amor duele mucho y aunque el problema está en el dolor y no en el amor, Eloisa sabe que si desarma al amor: ACABA CON EL DOLOR, check.


Formarse una imagen mental de la situación planteada. Eloisa pinta mentalmente al corazón abriéndose en un hueco negro que llega incluso hasta la garganta… así se rompe el corazón, no en mil pedazos sino en dos, sin saber porqué. Ahí está ese hueco, ese dolor, como Oliveira en Rayuela… el sentimiento en términos de masa negra “ya que uno acaba siempre llamándolo de alguna manera”. Imagen (a color) planteada, check.


Identificar pistas, palabras clave, conceptos asociados. Eloisa y el amor. El amor de Él. Las pistas son los recuerdos de un beso largo. Las palabras clave: Apego, por supuesto. Tacto, seguridad, volar, música, encuentros, manos, tu espalda. Estupideces. Dos conceptos: los seres inanimados y las estaciones de la piel, check.


Tratar de acotar el problema de forma precisa, identificando los aspectos relevantes y descartando los que no lo son. Revelación: nos desconcentramos. Así no se puede, al menos no en estos casos. Matemática universal, sí, amor encuartado, también. Uncheck.

Desnuda su corazón y ve las vísceras, ve la sangre. Ese hueco. Ese dolor. Eloisa duerme sin nada arriba. Siempre es igual. Los domingos sin amor son una tortura. La melancolía es indefinible. Imprecisa, como la piel. Al despertar quiere consumirse. Siente que se está ahorrando, sin querer, y quiere consumirse. Está ahogada, ahorrándose.


Tiene una calculadora y ve los carros pasar. Calcula cuántos pasan en cada respiro. Se forman pequeñas burbujas de agua en los vidrios, a eso le llaman rocío. Hay momentos en los que la luz de la mañana entra hasta el carro atravesando las burbujitas de agua y se expande -como caliente y amarilla- tocando la piel de las manos que están posadas sobre el volante. Las manos de Eloisa son blanquísimas, y las venas se le fraguan verdosas, protuberantes. A veces le provoca mordérselas a ver qué pasa, pero nunca lo hace. Esas pequeñas burbujas son un milagro para Eloisa. Se queda mirándolas, mientras el rojo la detiene, y juega a enfocar a través de ellas. Si desenfoca completamente la mirada las burbujas se vuelven destellos luminosos, sabe que si baja el vidrio se acaban. Mira sus manos, recuerdos de calculadora cuyos botones fueron tocados por sus dedos. El amor de dos se consume con el recuerdo de la calculadora, desabotonándolo, si se puede.


Los lunes llueve. Los lunes la desesperanza choca con los autómatas. Unos bluejeans desgastados, los libros en la cartera (junto a la calculadora) y los sueños que se pierden como las llaves. Eloisa piensa que si arregla su cartera las encontrará. ¿Si arregla su vida encontrará los sueños también? Los lunes no se llora, porque llueve, matemáticamente. Los lunes se va, se viene, se come, se hace, se es más o menos según los sentimentalismos colectivos. Todo esto hay que contrarrestarlo, por antropología.
Get by with a little help from Eufytose… Eloisa canta los lunes, y toma Eufytose.


Resulta sensato, dentro de todo, caminar de mañana por el asfalto mojado. Los olores son muy fuertes, y Eloisa siempre ha pensado que las mañanas son alegres. A esa hora la brisa es fría y el rostro sonrojado tiende a acartonarse un poco. La manera de contrarrestar los lunes es escuchando un poco de jazz. La gente pasa, los carros pasan, pero a Eloisa nada le afecta. Nada la toca. Piensa mucho mientras está sola. Le gusta imaginar cosas, sacar ideas frescas –como el jazz de la mañana- y dejar que se contaminen con la realidad formulada. Las proyecta, intangibles, con una ligereza poco contextual, y casi siempre termina convirtiéndolas en fragmentos audiovisuales de una película imaginaria. Siempre lo hace, toma un café y canta:
When everything is lonely I can be my own best friend, get a coffee and the paper, have my own conversations. (Lua)


Eloisa recuerda algo que le causó gracia. Una empresa belga logró patentar, ante la Corte Europea, el olor del pasto recién cortado (y aquí la imagen poderosa, olfato) para perfumar las pelotas de tenis. Eloisa recuerda bien el olor de las pelotas de tenis, nunca imaginó que fuese un perfume patentado con esencia a pasto recién cortado, pero lo recuerda bien; así que el pasto recién cortado huele a pelota de tenis, y viceversa. Hubiese querido patentar, ante la Corte Europea, el olor del agua con cloro para perfumar el pasto recién cortado. Eso sería, el olor del agua con que se riega el pasto. Pasto recién cortado recién regado con agua que huele a cloro. ¿Qué haría la empresa belga?, Eloisa no lo sabe. Respira hondamente. Exhala. (Because) t
he only thing we’re certain of, after all this years, is the insufficiency of explanation. (Suicides Underground)


Hay algo en los lunes, y en la continuidad de los días de la semana, que no merece la pena revelar. Vale decir que la vida acaba minuto a minuto, como en el reloj de Fight Club, y que no es ni bueno ni malo. Vale decir que el tiempo se toma atribuciones que no le atañen. Vale decir que Eloisa se ríe de él, consumiéndolo, opíparamente, porque todo lo llenan tú y la música. Porque dentro de mí hay un exceso de voces que me mantienen atenta. Eloisa se salva de todo, tal vez, porque en su mente hay un mundo aconteciendo. Porque tiene una meta, que de hecho la atormenta, pero la distrae. Porque los motivos están claros y los fines apuntados. Porque el tiempo-mundo se hace lento y explotan las luces de colores, cada vez que así lo quiere.

Eloisa sabe que si habla mucho de algo, se harta. Si repite una misma palabra, muchísimas veces, pierde su significado. Si das muchas vueltas sobre tu propio eje, te mareas. Si bebes mucho, vomitas. Los límites siempre son románticos, piénsalo. Tocas el fin de algo. El desconcierto es intolerable. El infinito es un concepto finito, COMO TODO.
I feel on the verge of going mad. (Wig in a Box)


La pasión. El desenfreno. La entrega. Todo lo que es estúpido. Eloisa vuelve a su cuarto y como siempre, recuerda. Sus pies bailan sonando. Suela, piso, suela, piso, maderas. Destapa la lata de Coca-Cola, suena. Hay una acústica de aplausos lejanos que hacen eco en la ventana. El cuerpo se desvanece en la cama. Humedades de lunes lluvioso. Se prenden las luces, se cierra la puerta, el cuerpo se para. Eloisa se pone la bata de laboratorio. Tinta roja sobre papel blanco: RECOLECCIÓN DE OBJETOS ASOCIADOS.


2) Representación gráfica de los obstáculos: Determinar la situación a través de diagramas o dibujos. Eloisa hace una lista de los objetos delatores: fotos, cartas, discos, películas, juguetes, joyas, ropa incluso, caja de recuerdos, el creyón morado. Esos son los obstáculos, definitivamente. Si Eloisa logra destruirlos, o al menos anular sus significados, desactivará buena parte del dolor y de esa manía adolescente de recordarlo todo. Siempre, siempre recordar. Eloisa sabe que si los deforma, los ecos perecederos de la vida real, se liberará del pasado -pasarle por al lado- eso es, check.


Intentar agrupar los elementos encontrados según su naturaleza física. Eloisa saca todo a la cama. Todo a la cama. Objetos desplegados sobre toda la cama, iluminados por la fuerte luz. Luz de la lucidez. Observación, UNA ESPECIE DE NOSTALGIA, lágrima. El amor a la cama y sin embargo no respira, no late ni pestañea. No se ríe, ni habla. No me canta. Eloisa colecciona tantas cosas y en el curso de las cosas, las cosas, ellas mismas, pierden su sentido. Y no es sólo eso, sino que también se desinteresan, pareciera que tienen vida propia dentro de la vida de Eloisa, dentro de la mía. Mi amor por Eloisa, el amor de Eloisa por las cosas, el amor de las cosas por sí mismas: el amor. Yo no tengo nada que ver en esto, perdón. Cuero, piel y metal; carmín y charol… cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor. (Canción Animal)

Eloisa ordena los objetos. Se concentra en saber cuáles faltan, hay muchos, es mucho ya para ordenar. Siempre queda algo, de lo contrario estamos en una película, es decir, cuando un eterno resplandor alumbra las mentes sin recuerdo. Es así, siempre.

-Búscame unos guantes de látex, una pinza y saca todo lo que te recuerde a él…

-Hice una mapa conceptual de contexto…
-Te dije… no sé si le sirva de mucho…
-Anda ya… al menos deja que lo vea…
-¿Que hiciste un qué?
-Un mapa conceptual…
-…



Eloisa enciende dos grandes focos sobre los objetos. Piel entumecida. El aire tiene grano, los colores son metálicos. Dos sortijas de aluminio casan sus dedos índice y pulgar con una erección fría, firme, que se prolonga verticalmente desde su mano y acaba en dos terminaciones independientes, dóciles ante la manipulación de sus músculos. Abre y cierra la pinza quirúrgica en prácticas que pellizcan el aire alrededor de su cintura. La luz sobresaturada aplana los objetos inmóviles. No hay sombras, ni reflejos, sólo amor, en la cama.

Entonces, se trata de agrupar los elementos según su naturaleza, pongámosla vehemente, más que física. La ropa, las joyas y los juguetes tienen una misma connotación: Sólo existen por interacción. La ropa, o se pone o se quita. Las joyas y los juguetes se miran y se juegan, simultáneamente, y hasta hay joyas de juguete y juguetes que son joyas. Lo cierto es que la emoción dura mientras dura, y luego se acaba. Se les puede colocar en un mismo grupo, y se les puede prender fuego. Eloisa lo toma todo cuidadosamente con la pinza y lo mete en una caja etiquetada con un post-it: Para quemar / fundir / derretir / moldear en algo más útil / desechar / reciclar.

Las películas son un tema, serio, aunque no todas. Con ellas pasa un poco lo de los juguetes, se juega con ellas, se interactúa, y también podría decirse que la emoción dura mientras la película dura. Pero cuando se les junta con el amor vienen a significar algo más. Eloisa asocia inevitablemente las películas con él. Son muchas y, aunque no tienen demasiado que ver con el amor “en términos de masa negra”, sí tienen relevancia absoluta en cuanto al amor de él, y a esa etapa en la vida de Eloisa. Esa etapa en la vida de Eloisa.

Algo en las películas de
Wes Anderson. Eloisa sabe que hay algo ahí, como todo lo que está en todo lo que imagina despierta. Como en el parpadeo. Lo mágico del parpadeo. Recuerda, entre películas, que alguien dijo alguna vez que el parpadeo eran los cortes naturales de nuestra película cotidiana. Montaje orgánico. Por eso The Royal Tenembaums y The Life Aquatic. Breakfast at Tiffany’s, Le Fabuleux Destin d’Amelie Poulain, Trainspotting, incluso, Stealing Beauty, The Story of Us (que fue de donde salió la bendita historia del creyón morado), Mary Poppins, Lost in Translation, The Virgin Suicides, Hedwig and the Angry Inch, Big Fish, Velvet Goldmine, The Clockwork Orange, Eyes Wide Shut, The Pianist, Mean Girls, The Notebook, Un Chien Andalú, The Adventures of Pee Wee Herman, Pulp Fiction, Kill Bill, Cecil B Demented, Wicker Park, Almost Famous, High Fidelity, The School of Rock, High Expectations, Empire Records, Napoleon Dynamite, Alice in Wonderland, Elephant, My Own Private Idaho, Reality Bites, Les Triplets of Belleville, The Yellow Submarine, The Wall, Everyone Says I Love You, Annie Hall, Stardust Memories (y todas las películas de Woody Allen porque a Él no le gustaban), La Mala Educación, Lucía y El Sexo, Y Tu Mamá También, Amores Perros, El Hijo de La Novia, Machuca, Baraka, Beat, Dancer in the Dark, La Dolce Vita, What Ever Happened to Baby Jane? Who Framed Roger Rabbit? Dar buenas noticias a los que aman las malas noticias. Eternal Sunshine of the Spotless Mind…“synchronized to the tempo of my daydreams”.

Eloisa entiende que el problema radica, principalmente, en cuatro cosas (que deben ser colocadas en un mismo grupo): La música, las fotos, las cartas y el creyón morado. Hay una caja de recuerdos en donde está todo agrupado ya, menos la música, check. Caja coloreada infantilmente, metras, tiras, escarcha. Niña mujer. ¿Qué pasa cuando los sueños se interrumpen?

3) Ejecución para la solución del problema: Llenar el vacío entre los datos y la meta. Eloisa resuelve hacer algo eficaz con las fotos. Para descontextualizarlas sólo basta con desconocerlas, dejarlas huérfanas. Llevarlas a un lugar, donde nadie los conozca, ni a ella ni Él, y hacer que las miren: extraño así para siempre. Lo extraño no es la gente que mira las fotos de un par de extraños, sino la extrañeza que siente Eloisa cuando lo piensa. Uncheck, porque otra noche se acaba.

Los martes Eloisa recuerda las conversaciones muy, muy vacías. Llama a sus amigos: Interactúa por convicción. Lo intenta, al menos. No puede revelar lo que hay detrás. Existe un proceso muy complejo que no se atreve a mostrar. Las palabras contaminan sus ideas. Sus ideas salen dañadas cuando las describe con palabras. Los martes fuma, y el humo del cigarro rebota en las hojas amarillentas de una revista de diseño. Los martes es superficial, y se distrae pensando en los objetos imposibles.

Espera el autobús, bajo el sol, para llegar a un supermercado lejano. Lo toma. Los martes son días para escuchar
M83 con audífonos blancos y andar en autobús. En el transcurso se le ocurre un lugar: Tendría que estar en una zona comercial, tener neones, cables, una fachada bonita y un interior acogedor: Fábrica Nacional de Objetos para lo Imposible. Existe un imaginario privado, poderosísimo, que busco dosificar. I can’t stop, I can’t stop. (Can’t Stop)

En el supermercado los autómatas hambrientos cazan productos empaquetados. La carne, los jamones, el queso, envueltos en plástico. Semiorgánico todo. Eloisa mira hacia los lados, camina. Fotos en la cartera (llaves, calculadora) se acerca hasta la cava de bandejas plastificadas. Una foto de Él va a parar debajo del queso gruyere. Memorabilia desactivada. Otra, de los dos, cae como por error detrás del salchichón. Otra más para los 200 g. de queso uruguayo. Así, foto, queso, foto, jamón, foto, tentación, foto, serrano, foto, suizo, foto, de pavo, foto, brie. Hasta que se acaban las fotos. Sonrisa, AY… HACER ALGO LOCO, SÍ, check.

-Introspección…
-Retracción…
-Excitación…
-A pig on a cage on antibiotics…
-Egoísmo…
-Placer mental…
-Soñar despierta… tengo un amigo apunto de graduarse que se compró un video beam…
-Estupefacientes de diseño…
-Los colores…
-…
-El carro, la velocidad y los Pixies…
-Los Beatles…
-Las personas que lo consideran complicado y las que no…
-Los que lo saben hacer y los que no…
-Los que se burlan…
-Los que callan…
-¿Te lo paso?
-Lo analizo…
-A Eloisa no le importa…
-(Risas)
-Compara una bombita de agua con la bomba atómica… no es tan importante…
-Recuerda la coñaza diaria a ver quién era más malo…
-Lo peor, a lo mejor, es entender que prescindir de la vida no mata…
-Que no nos suicidamos…
-Que nunca los mató…
-Acostados…
-después de tanto…
-Y Mariejane…
-Que el amor existe coño…
-Eloisa, las mujeres no dicen groserías…

Lo que me gusta de esto es que la piel se impregna, y los latidos… que los colores y las luces se atenúan, los ojos se cierran, el oído se agudiza y el sonido que entra es suave… los labios se esponjan, la boca se hace agua, la cara se voltea, las palabras se oyen bien, el tórax se levanta, la sonrisa se arma, el abdomen se endurece y la risa sale… la sangre se aligera, las hormonas se liberan, el cerebro reacciona, las rodillas se calientas, los hombros tiemblan, la columna se estira, el pelo brilla… veo estrellas… my toes are numb…
-…
-…


Media noche del miércoles. Mitad ambigua en donde todo vale. Camisa negra. Zarcillos de oro. Falda blanca. Pies descalzos sobre madera. Ojos vidriosos. Vaso de agua posado en la mesa junto al libro de Interacción Eléctrica. Tinta negra sobre papel blanco: CANCIONES HERMOSAS.

-Zoom (Soda Estereo)
-Wig in A Box (The Polyphonic Spree)
-Beatles vs. Kraftwerk (2 Many Dj’s)
-Close Your Eyes (The Chemical Brothers)
-Fix You (Coldplay)
-Don’t Save Us From the Flames (M83)
-Si No Te Hubieras Ido (Marco Antonio Solís)
-Crayon (Manitoba)
-Afraid (David Bowie)
-First Day of My Life (Bright Eyes)
-Alpha Beta Gaga (AIR)
-Goodbye (Archive)
-Té Para Tres Unplugged (Soda Estereo)
-Big Time Sensuality Unplugged (Björk)
-We Will Become Silhouettes (The Postal Service)
-The General (Dispatch)
-Undertow (Leonard Cohen)
-So Happy Together (The Turtles)
-Needle in the Hay (Elliott Smith)
-Bird On a Wire (Stina Nordenstam)

Regleta y regulador de potencia. 19 reproductores de música, más el de la computadora. Extensión de cables anaranjados. Enchufe. Eloisa se dispone a conectar todos los artefactos eléctricos. Veinte discos con veinte canciones hermosas. Apagón sistemático de luces artificiales. Una extraña sensación de soledad. Dos velas. Eloisa abre la ventana del cuarto, enciende un cigarro y cierra la puerta. Brisa. Silencio absoluto. La punta del punto del clímax.

Un playlist titulado De lo hermoso arranca con
Untangle de Four Tet.

Mis amigos imaginarios presentan, por primera vez en la historia… el desconcierto representado:

Descomedirse, desordenar, entregarlo todo a la confusión. ABSTRACTO. Desconcertarse absolutamente ante la vida. Representación palpable y audible del desconcierto: la peor desentonación. Acabar con lo hermoso. Gula auditiva, límite romántico. Amor desactivado. RUIDO. Mujer atormentada. Eloisa coloca los discos, uno a uno, en los reproductores. Marca cada canción digitalmente. Hace lo mismo con el track que espera en la computadora. Los chequea por última vez, del primero al último. Se cerciora de que todos los aparatos estén prendidos y a buen volumen. Respira. Toma panorámica del cuarto. Los mira. Se acaba
Untangle. Silencio fraccionado: Tensa calma. Presiona el primer botón: play. Zoom de Soda Estereo, hermosa melodía. Segundos. play. Wig in a Box, es hermosa, pero no se distingue bien. Dos tiempos a destiempo, los decibeles todos fuera de su sitio. play. Algo de Eleonor Rigby se roba el protagonismo pero rápidamente se pierde. Tres ritmos. play. Segundos. play. Segundos. play. Segundos. Pasos silentes sobre madera. play. Ruido. play. Más ruido. play. Eloisa esquiva la cama y la pasa. play. Caos. play. Caos. play. Caos insoportable. play. Segundos. play. Taquicardia. play. Lágrima. play. play. play. Quedan dos. Eloisa tiembla, aturdida. Eloisa respira. Eloisa llora. Eloisa escucha. play. Needle in The Hay. Imposible encontrarla. Caos. Amor. Segundos. 19. Eloisa se seca las lágrimas y sonríe. La mano temblorosa deja caer al suelo las cenizas del cigarro. play. Pausa. Tormenta: DESCONCIERTO ABSOLUTO. CAJA ACÚSTICA INFERNAL. MÚSICA SINTÓMATICA. Not tracking the nonsene.


Silencio.


Miércoles. Día perdido en la inmensidad del mar. Naufragio semanal. Malcriadez, pura, perfecta. Los miércoles, así sea de vez en cuando, es bueno pasarlos enteramente en casa. Eloisa lee las cartas de Él. Sólo le falta deshacerse de ellas y del creyón morado.



-¿Escuchas el piano desafinado?
-A lo lejos… tembloroso…
-Melodía compleja, medio amarga… se escucha bajita, a lo lejos…
-Tiene bajones que te pueden matar… o al menos así se escuchan desde este cuarto…
-¿Quieres que te ayudemos con lo que falta?
-Vamos… yo llevo la caja…
-Nunca entendí para qué eran las metras… metras pegadas al borde de la caja… no entiendo para qué…
-Son decorativas…
-Vamos afuera… la tarde está bonita…
-Sí, vamos… la tarde está bonita…
-Tú llevas las cartas, tú llevas la caja… yo llevo el creyón morado…
-…
-…
-…

Hay una melodía bonita, pero lejana, de un piano desafinado. Eloisa se siente familiarizada. Salen del cuarto. Metras caen al suelo. Rebotan, botan, se pierden, lejos de la caja, que cayó al suelo haciendo un ruido seco que murió ahí. Las cartas aparecen derramadas por la escalera. Eloisa, dejando el cuarto atrás, mira sus cosas y dice adiós. Hombros descubiertos. Zapatos de tacón bajo. Falda roja. Pelo negro. Eloisa toma las cartas y las mete de nuevo en la caja. Algunas metras en el suelo. El creyón morado en la mano izquierda. El piano suena más duro, como si Eloisa, y todos, nos acercáramos hacia él. Las paredes se ven acariciadas por el creyón morado, que avanza, delineándolo todo, mientras Eloisa sube las escaleras.

Un hilo morado recorre el camino. Tirabuzón. Curvas. Línea recta. Puntos intermitentes. Corazón amorfo. Línea continua. Puerta. Creyón roto. Aire. Cielo. Tarde bonita. Falda roja hondeando, pelo hondeando, metras que caen al suelo. El tiempo-mundo se hace lento. El piano se oye afinado, armonioso. Rebotar lento de las metras. Hondear lento de la falda. Devenir lento del viento soplándolo todo. Magnífico caos. Mirada extendida al infinito. Borde. Azotea. Eloisa abre la caja y saca, una a una, las cartas. Avioncitos de papel que vuelan hacia abajo. Se aceleran, caen, como las metras, y dicen en sus alas: adiós, adiós, adiós… adiós… con letras moradas que dicen adiós. El creyón se desgasta, poco a poco, acariciando el suelo… adiós.

Eloisa baja las escaleras. Suela, piso, suela, piso, madera y granito. Su cuarto. Jueves… viernes… sábado… domingo… lunes… martes… miércoles, c, c, c… cuando dos personas se besan… es porque sienten un poquito de amor… dime la letra, dime el color… Eco. Vacío inexplicable. Mil juguetes sin amigos. Vocal distorsionada. Piano melancólico, lejano, abrumador.

-¿Qué hacemos ahora?
-…
-…

Tinta azul sobre papel blanco: la idea clara y equivocada la saqué de ti… tú eres Él. Tú eres tú. Tú eres todos los demás. Eloisa es ella. Yo soy yo. Más nada que decir.



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